Leyendas Valencianas
Hoy hemos ido a ver y escuchar leyendas Valencianas.
Primero vimos las Torres de Serrano. La monitora, Cristina , nos explicó cuando se creó, para que se hizo y leyendas sobre ella. Más tarde subimos a la torre, me entró un vértigo al asomarme por la 1ª planta. Luego fuimos a arriba del todo, me dió pánico al asomarme, que recordé que tenía miedo a las alturas. Luego paramos en una plaza a comer, me dio mucha pena al recordar lo de París, todo por culpa de los terroristas,.Unos minutos después paseamos por Valencia según el recorrido que nos dieron, también nos contaron leyendas sobre la marcha.
LEYENDAS. EL CAIMÁN DEL PATRIARCA
Convertido en feroz dragón por la leyenda, habitaba en el cauce del río Turia atemorizando a las gentes que por allí se acercaban, sin que nadie pudiera hacerle frente. Hasta que un día, un despechado y valeroso joven le hizo frente utilizando la astucia como aliada. Dotado de una armadura revestida de espejuelos logró inmovilizarlo al verse sorprendido el animal por la luminosidad que tal figura desprendía, matándolo con un golpe certero. Expuesto desde entonces en el vestíbulo de la Iglesia del Colegio del Patriarca.
LA LEYENDA DE LAS TRESCIENTAS DONCELLAS.Cuentan las gentes que Jaime I prometió a sus soldados antes de acometer la toma de la ciudad de Valencia que los primeros en entrar merecerían el honor de repoblar la ciudad con mujeres traídas de sus pueblos de origen. Fueron tres leridanos sobre los que recayó tal distinción, y así se hizo venir a trescientas doncellas leridanas. Se produjeron inmediatamente siete matrimonios cuyas cabezas e iniciales pasaron a la posteridad esculpidos en piedra en la Puerta del Palau de la Catedral Valenciana.
LA VIRGÉN Y EL DEMONIO
Hubo una vez un niño que cabreó tanto a su madre que ella misma se quisó desprender de él, así que le pidió al demonio que se lo llevara. Así fue que por la noche el demonio se lo llevó, pero la virgén en el momento en que iba salir se lo arrebató de nuevo. Finalmente, el niño con su madre se quedó.
Y así termina la redacción
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