En un lugar muy lugareño había una pequeña casa donde un humilde leñador vivía con su mujer. La casa no era muy grande pues solo tenía una habitación un baño y una especie de "cocinacomedortrastero" que usabean para comer, ver la tele, cocinar y almacenar la leña para el invierno.
No tenían hijos pero un día que el leñador salió a cortar leña, encontró una sábana. El leñador, asombrado la cogió; entonces, cuando se acercó más, vió que estaba enrollada, que había algo dentro. Entonces se acercó lo cogió y dentro había un niño.
El niño estaba llorando, pero al ver al leñador dejó de llorar y empezó a reirse. El leñador fue corriendo a casa para contárselo a su mujer lo que había encontrado.
Al llegar a casa, él y su mujer tuvieron una discusión sobre que hacer con el niño, pero finalmente se lo quedaron. Con el tiempo empezó a crecer, hasta que empezó a hablar un poco. Cuando ya tenía 5 años le compraron un perro para que no se aburriera, porque no iba a poder ir al cole puesto que allí no tenían cerca ningún colegio ni ningún medio de transporte para llevarlo.
El perro era genial, era de una raza que no conocían pero era muy grande. Era de color marrón y tenía la cabeza muy grande para su cuerpo(a pesar de que su cuerpo ya era lo bastante grande como para llevar al niño y a su padre juntos en la espalda).
Con el tiempo, el niño y el perro crecieron, el niño tenía 11 años y el perro que hizo tan grande que no cabía en casa.
Al final el niño y el perro se fueron juntos, a vivir a otro sitio pero, ambos cayeron por un barranco y murieron.
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