Un gran día para una gran genialidad.
Un día un niño llamado Viñigo Trinugio tuvo una idea, una gran idea, quería hacer una maquina que reindicara la vida de las personas y cuando se lo contó a sus padres se rieron y le dieron un consejo: Nunca hagas ideoteces que pareces un mongolo.
El niño, lleno de rabía les agarró a sus padres del cuello y los mató.
- Pero...¡Que he hechooo! he matado a mis padres, si solo tengo 9 años. Bueno tengo que reindicar mi vida, pero... ¿cómo?
El niño dando un esfuerzo de pensamientos de la leche consiguió la clave para hacer la máquina, los pasos eran:
1º- Conseguir cuatro placas de metal.
2º- Montar las placas, pegarlas, y meter circuitos eléctricos entre la máquina.
3º- Meter un puerto USB.
4º- Hacer el programa para reindicar vidas con un ordenador, que ya tenía inventado Viñigo.
5º- Poner el programa en el USB y meterselo a la máquina.
El niño con todas las esperanzas en el cuerpo de que la máquina funcionara la activó y ¡zas! una loción temporal reindicó su vida y el niño viendo a sus padres delante se puso a llorar y a dar grácias a su cerebro por tener tan buenas ideas.
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luz -