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l´escola parla

31 de Octubre

 

31 de Octubre de 1999, los chicos decidieron pasar una noche de Halloween diferente. Para ello, cada uno trajo una idea diferente, y eligieron la de Juan, el niño más valiente del grupo. El plan consistía en pasar la noche acampados en ”El bosque de los niños”.

A las 18.00 h. emprendieron la marcha, el guía era Juan, que ya había ido por allí con su padre, que era cazador.

Mientras unos montaban la tienda, otros hacían una hoguera para calentarse mientras cenaban. Tras la cena, Jaume empezó a contar una vieja historia que había oído de su abuelo.

-Sabéis, hay una historia que habla de unos niños que acamparon en este bosque la noche de Halloween y jamás regresaron.

-¿Y qué les pasó? -preguntó Marta.

-No se sabe, -siguió Jaume- pero dicen que en la noche de Halloween salen a por otros niños que han acampado en el bosque. Por eso le llaman ”El bosque de los niños”.

-Pero, ¡hoy es Halloween y estamos en el bosque! Puede que los siguientes seamos nosotros... - dijo Álvaro.

-Nos preocupéis, mientras permanezcamos juntos nada nos pasará- dijo Juan.

Algo más tarde, los niños decidieron irse a dormir con la historia de Jaume rondándoles por las cabezas.

-Jaume, ¿seguro que no nos pasará nada, verdad? -dijo Laura.

-¡Bah!, nos preocupéis, es sólo una vieja leyenda. ¡También sería casualidad, que con todos los niños que han venido durante tantos años, nos tocara a nosotros! -exclamó Jaume.

Al rato, una fuerte tormenta se desencadenó sobre ellos. El agua golpeaba fuertemente la tienda y el viento hacía que se tambaleara como un flan, desclavándola

del suelo. Los chicos, aterrorizados, corrieron a través del bosque en busca de un refugio más seguro. Al poco, encontraron una vieja casa de madera abandonada.

-¡Menos mal! -dijo Álvaro.

-Sí, la verdad es que ha sido una suerte encontrar esta casa. Yo ya empezaba a estar asustada -dijo Marta.

-Ya que estamos, podríamos explorar la casa -dijo Juan.

Y así lo hicieron, todos en grupo, fueron recorriendo las habitaciones hasta llegar a una que estaba llena de estatuas. Eran niños de madera.

-¡Que bonitas! -dijo Marta- son casi perfectas.

-Sí, pero fijaos en la expresión de su cara, son de terror -comentó Álvaro.

-¿Quién serán -preguntó Laura.

-¿Os imagináis que son los niños desaparecidos? -dijo Jaume.

-¡No digáis tonterías! -dijo Juan- solo se trata de una vieja leyenda.

-Y entonces, ¡quien las puede haber hecho! -preguntó Álvaro.

-Pues no lo sé, alguien que se aburriría -dijo Juan.

-¡Pues, por lo visto, se debió aburrirse mucho porque hay un montón jajaja!-dijo Álvaro.

Mientras los chicos reían con la broma de Álvaro se oyó un tremendo ruido y, de repente, la puerta de la habitación, se cerró de golpe y comenzaron a oírse.

-¡Socorro, socorro, por favor, que alguien nos ayude!.

-¡Lo sabía, son ellos, los niños desaparecidos! - dijo Jaume.

-¿Que podemos hacer por vosotros? -dijo Jaume.

-¡Rápido, salid de la casa y quemadla!

-¡Rápido, salgamos de aquí! -dijo Juan.

Lo intentaron por la puerta pero estaba cerrada, buscaron una ventana, pero no había, ¡estaban atrapados!

-¡Hay que intentar romper la pared, coged cosas pesadas -ordenó Juan.

Cogieron jarrones de bronce, un viejo martillo e incluso alguna de las estatuas.

Pero la casa les tenía preparada otra sorpresa, al ir a golpear la pared, ésta se convirtió en un líquido viscoso y pegajoso que los cubrió por completo.

A medida que se secaba el líquido, los niños se iban quedando rígidos. Fue entonces cuando comprendieron todo, ¡las estatuas eran los niños desaparecidos y ellos iban a ser los siguientes!.

31 de Octubre de 2011, los chicos decidieron pasar una noche de Halloween diferente...

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