Blogia
l´escola parla

El Extraño caso de la Noche de Halloween

Un día, más exactos, el 31 de octubre, era Halloween, y mi primo, mi sobrino y yo estábamos en la tienda de disfraces de mi primo, nada más llegar me gastó una broma, que me dejó los pelos de punta, nada más entrar, se puso una careta de zombi y me dio un susto de muerte, ya lo pillaré...

Ese día se nos ocurrió ir al parque de atracciones de Halloween, mi sobrino lo estaba deseando, le encantan estas cosas, mi primo estaba un poco asustado por una tontería que le habían dicho, le dijeron que en el parque de atracciones había un payaso que quería matar a todo el que encontraba, yo, como no, no me lo creí.

Nos montamos en la primera atracción, pero no sé porque, sentía una presencia extraña que nos seguía, de todas formas seguí cómo si nada nos montamos en las demás atracciones, la verdad es que yo seguía sintiendo algo raro, extraño y también podría decirse que maligno, yo cómo siempre seguí cómo si nada.

Pasaron unas horas, y nos teníamos que ir, pero al instante me encontré con mi amigo Requesón, que, no sé porque, montaba en helicóptero, parecía asustado, y, ¡Que ven mis ojos! detrás de él vi al payaso que me decía mi primo, yo no me lo creí, me imaginé que era mi primo disfrazado como siempre, mi amigo Requesón descendió con el helicóptero y me dijo que subiera, yo subí, no sé porque, pero, dentro pensé ¡Donde está mi sobrino!, pero ahora tenía cosas más importantes, detrás teníamos al verdadero payaso, llamado Payaso, por fin nos veíamos las caras, dijo mi primo, que iba en la parte trasera, Payaso tenía un sueño, ser riquísimo, y me fijé bien y, ¡Todo el parque estaba lleno de Payasines!, o así los llamaba él... pero me di cuenta de que Requesón no sabía conducir un helicóptero así que saltamos, porque nos íbamos a estrellar, ya abajo en el parque, pasamos la noche en el castillo del terror, ya que los Payasines y Payaso se habían ido.

Al día siguiente fuimos al castillo de Payaso, que era un robot gigante cómo él, nos dirigimos al garaje, donde tenía a sus Payasines, nada más llegar los desactivamos y los destrozamos, jejejeje, ahora nos dirigíamos a la habitación de Payaso que estaba arriba del todo, pasamos por unas salas muy raras, como por ejemplo, la sala de las bromas pesadas  o la sala de las tonterías sin fin... Pero lo que importa, al fin llegamos luchamos valientemente contra él, pero su risa nos mataba, no nos podíamos parar de reír, ¡Que cosa más rara!, pero encontramos su punto débil, las historias tristes, le conté cómo murió mi abuelo, y se puso a llorar, en ese momento llamamos a la policía y se lo llevaron a la cárcel.

 

FIN

0 comentarios