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l´escola parla

El misterio del gato en mi deslunado.

Una noche mis padres (yo no, estaba durmiendo) se despertaron de golpe porque oyeron un ruido muy fuerte. Mi padre se levantó y fué al deslunado y vió que había un gato muerto. Como no sabiamos que hacer, mi padre lo enrolló en una toalla.

Al día siguiente, pusimos un cartel en el ascensor que decía: SI ALGUIEN HA PERDIDO UN GATO QUE SE PASE POR LA PUERTA 1. Esa misma tarde en el cartel ponía: HEMOS IDO A VUESTRA CASA PERO NO ESTABAÍS, EL GATO ES NUESTRO, SOMOS DE LA PUERTA __ (no me acuerdo). Entonces mi madre y yo subimos al piso __ y tuvimos que darle la mala noticia a la dueña del gato. Dijo que ya se lo imaginaba y que creía que se había suicidado tirándose por la ventana porque era viejo y estaba enfermo y eso le hacía estar triste. La dueña se puso a llorar porque lo tenía hace muchos años y lo quería mucho. Al día siguiente, el dueño se pasó por nuestra casa y se lo llevó.

El gato no se espachurró completamente contra el suelo porque, en varios tendederos, fue frenando y cuando caía arrastró un pantalón de otro tendedero. Varias semanas después vino una vecina preguntando si habíamos visto sus pantalones y se los dimos pero no le contamos la historia porque a lo mejor no se la creía.

1 comentario

luz -

Muy buena la anécdota.