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EL GIGANTE EGOÍSTA

Hace mucho, mucho tiempo, los niños iban a jugar todos los días al jardín de un gigante, que se había ido a charlar unas minucias con su amigo, otro gigante. Allí abundaban las flores, los albaricoqueros... los niños se sentian felices en el jardín. El gigante había vuelto de casa de su amigo el ogro, el gigante al ver que los niños jugaban en su casa se enfadó y levanto un muro gigante donde precisamente colgó un cartel que ponía: Prohibida la entrada, propiedad privada. El gigante era egoísta. Los niños al ver el cartel y el muro se pusieron tristes de no poder ya jugar. Para ellos era una molestia. Cuando volvió la primavera toda la comarca se volvio fresca y verde, sin embargo la casa del gigante aún permanecía el invierno, era tan egoista que estaba deshabitado. Al día siguiente el ogro egoísta se sentia triste de no ver a los niños jugar ni hacer nada, paso un rato y derrepente el muro se rompio por causa del invierno y todo el jardín se volvió verde cuando entraron los niños a jugar, el gigante sonrió y bajó para jugar con los niños, los pequeños felices jugaron con el gigante. Pasaron ya 30 años y el gigante, ya viejo aún jugaba con los niños, lo pasaban genial. El gigante ya no era egoísta si no un ogro felíz.

1 comentario

Luz -

Tampoco has hecho una gran adaptación del cuento original, es indéntico.